UN NEGOCIO DEBE FUNCIONAR CUANDO NO ESTÁS

Construir un negocio no necesariamente significa tener que estar involucrado en la parte operativa para que el mismo pueda funcionar. La mayoría de inversionistas adinerados ayudan a construir y desarrollar decenas de negocios en los cuales no tienen un rol operativo.

Sin embargo, y principalmente en las pequeñas empresas construidas alrededor de los conocimientos de su fundador, se hace necesario que el dueño también sea parte del engranaje operativo. En la mayoría de los casos, que sea la parte más importante de dicho engranaje.

Esto no es necesariamente malo, en especial si el dueño disfruta la parte operativa que le ha tocado desempeñar.

El problema viene cuando esa persona se convierte en el empleado peor tratado de su propio negocio. Un empleado que llega primero que todos, que se va al último, que es el último en cobrar, que no puede darse el lujo de renunciar ni de desperdiciar el tiempo de trabajo haciendo cosas improductivas.

La visión de cualquier emprendedor que desee crear un negocio que trascienda su persona debe de ser conseguir la autosuficiencia. Autosuficiencia tanto operativa como financiera.

Que su negocio sea capaz de seguir funcionando, a pesar de que el dueño no se encuentre en los alrededores, y de costear sus propios gastos sin necesidad de donaciones de recursos.

En muchas consultorías me he encontrado con el escenario de que, a pesar de que los dueños entienden este planteamiento y les encantaría que esa fuera su realidad, no tienen idea de cómo comenzar.

Te doy un consejo, comienza por aprender a hacerte a un lado y delegar en tu gente. Dales el poder de decisión y la confianza de tomar decisiones importantes (De esto hablo con más detalles en el post anterior).

Lo otro es crear SISTEMAS y PROCESOS. Evita la espontaneidad en la toma de decisiones. Si algo debe de hacerse de forma recurrente, automatízalo o pon en orden un sistema parametrizado que permita que otros puedan tomar la decisión correcta. Por ejemplo:

Supongamos que tienes una repostería. Debes comprar harina para poder trabajar. En lugar de que tengan que llamarte cada vez que se acaba la harina, ¿Por qué no responsabilizar a alguien para que cuando el inventario de harina baje al 30% de su capacidad, haga un pedido al proveedor previamente autorizado en las condiciones ya pautadas con el mismo?

Te evitas tener que ser un eslabón más en esa cadena de procesos y además te aseguras de que si no estás, el negocio no se detendrá por falta de harina.

Otro ejemplo:

En lugar de que cuando un cliente disgustado haga un reclamo, tengas que salir a durar una hora tratando de solucionar la situación, ¿Por qué no crear un protocolo de manejo de quejas en el que tus empleados sepan qué hacer cuando se presenten situaciones de esa naturaleza?

Que puedan tomar decisiones inmediatas como otorgar gratuidades, aceptar devoluciones o dar respuesta a garantías.

Como estos ejemplos hay un montón de cosas en tu negocio que, a pesar de que las estás haciendo tú, pudieran estar siendo realizadas por alguien más en tu equipo, dándote tiempo ya prestarle atención a actividades más productivas para tu negocio o simplemente tomándote esa hora libre que tanto deseas pero que nunca puedes tener.

Espero que te haya gustado la publicación. Si tienes algún comentario, déjamelo a través del formulario de contacto o como DM en Instagram en la cuenta @VillanuevaBlog.