ADMINISTRACIÓN “A LA CHIQUITA”

A la fecha hace ya casi un año que participé en una conferencia de unos 40 minutos con el consultor José Pineda. Una persona dinámica, preparada y sobre todo con una mentalidad muy clara sobre lo que se debe o no hacer para administrar bien.

Pineda mencionó una frase que captó mi atención y que al día de hoy la sigo implementando como parte de mi filosofía de trabajo, decía: “Para administrar bien, hay que administrar a la chiquita*”.

*Chiquita = pequeña

Con esta frase, Pineda hacía alusión al hecho de que los administradores suelen quedarse en la superficialidad de los números generales. Los números que dilatan pupilas pero que no dicen nada. Los números que aportan poco al verdadero proceso de gestión. Números como:

  • Beneficio bruto, sin mirar el neto.
  • Beneficio neto, sin mirar la relación costo/beneficio.
  • Promedios per capitas, ignorando los extremos de la población estudiada.
  • Ventas totales, sin considerar las devoluciones o reclamaciones de garantía. Entre otros tantos más.

Administrar “a la chiquita” es ver más allá del mero resultado. Es descomponer el resultado en sus elementos constitutivos más pequeños para poder entenderlo y mejorarlo.

La administración a la chiquita es la que te dice que si tu empresa se ganó $1, 000,000.00 en el período; por satisfactoria que sea la suma ante tus ojos, deberías “hacerle doble click” a esa cifra y descomponerla en sus partes más pequeñas.

  • Supongamos que tu empresa sea una cadena de 5 tiendas.
  • Que de esas 5 tiendas 2 cerraron con pérdidas totales de $500,000.00.
  • De las 3 que cerraron positivo, una sola fue responsable por el 50% de los beneficios totales.
  • Solo 2 de los productos de tu catálogo produjeron el 80% de las ventas.
  • De tu equipo total de ventas, solo el 35% superó el 90% de su meta.
  • De esos que superaron las metas de venta, 3 ya tienen pensado presentar su carta de renuncia.

A la luz de esos datos, como que el millón en beneficios que mencionamos anteriormente se torna de un color totalmente diferente. Todo por haber profundizado más allá de los números generales.

Y con este ejemplo pudiéramos irnos mucho más lejos… Pero creo que ya tienen la idea.

¿Qué tan lejos deberías llegar descomponiendo tus resultados?

– Tan lejos como el mouse te lo permita.

No te conformes con los números consolidados, con las estadísticas per cápita, con los promedios. Administra “a la chiquita”, profundiza. Encontrarás un mundo completamente nuevo e interesante.

Este post va muy de la mano con la publicación en donde hablé sobre planificación, te recomiendo leerla.

Si te gustó el contenido, suscríbete y no te pierdas ninguna publicación nueva.