Ganar dinero haciendo actividades que nos hagan sentir que no estamos trabajando parece ser la cúspide de la autorealización profesional. Un honor reservado solo para unos pocos. Un privilegio que es alcanzable para otros, pero no para nosotros.
Hay mucha verdad en el enunciado anterior. Poco más de dos décadas atrás, la burocracia y hermetismo de algunas industrias hacía casi imposible que la gente que no cumpliera con “el perfil requerido” pudiera entrar en ellas.
Por ejemplo; no cualquiera podía entrar a la radio,había que tener una combinación de voz grave, carisma y contactos influyentes en la industria. ¿O qué tal la televisión? Una industria dominada por los todo poderosos ejecutivos dueños de los canales de televisión, quienes elegían QUÉ y QUIÉN se presentaba al público.
Lo mismo ocurría con ciertas ramas profesionales en las cuales ser mejor amigo del hijo del dueño de la empresa era el principal requisito de entrada.
Era más fácil hacer lo que estaba a tu alcance que lo que te gustaba.
Hoy en día, gracias a las bondades que Internet ha puesto a nuestra disposición, podemos afirmar que estamos en la mejor era en toda la historia de la humanidad para ganar dinero haciendo lo que nos gusta.
Ya no necesitas saltar las barreras de entrada de la radio, porque los podcasts están al alcance de todos. No necesitas el permiso del dueño del canal de televisión para comunicarte con el mundo, porque YouTube ha puesto a tu disposición una plataforma que cada día demuestra ser más poderosa que las plataformas convencionales.
Lo mismo pudiéramos decir para profesiones más convencionales como el derecho, los negocios, la economía, el fitness y otras tantas en las cuales, a través de una marca personal en las redes, es posible romper las barreras sociales y geográficas y alcanzar e impactar a millones de personas con nuestras ideas.
Hoy podemos hablar de la democratización de las plataformas de comunicación, lo que ha traído consigo la posibilidad de conectar nuestro mensaje con millones de personas interesadas en él.
Ahora bien… Y siempre hay un “Ahora bien”, el hecho de que prácticamente todos tengamos acceso a las redes es una espada de doble filo que facilita pero que a la vez nos complica las cosas.
Paso a explicarme; las plataformas sociales permiten que podamos acceder a ellas y mostrarle al mundo lo que tenemos para ofrecer, eso quiere decir que ya no solo competimos con la gente que está en nuestra misma demarcación geográfica, sino que el mundo entero también es competencia.
Ya no existe la posibilidad de comprar un ticket VIP hacia la atención del público objetivo; hoy se requiere de una combinación de talento, pasión y la estrategia correcta, acompañada de una dosis desproporcionada de disciplina y consistencia. Todo esto para poder diferenciarse del montón y ganarnos el privilegio de “conseguir dinero haciendo lo que nos gusta”.
Suena como todo un desafío, y realmente lo es; pero es un desafío que vale la pena enfrentar, ya que en el peor de los escenarios,habremos estado haciendo algo que de todos modos nos gusta y apasiona.
Si te gustaría comprobar por ti mismo si esto es posible, aquí tienes una pequeña lista de tarea:
- Define qué es eso que te apasiona y aporta valor a los demás. Por aportar valor me refiero a que haga una de estas tres cosas (o las tres): Que eduque,que motive o que entretenga.
- Identifica cuál es el grupo de personas interesado en eso que tienes para ofrecer (Público objetivo) y dónde puedes encontrarlo.
- Ve a esa plataforma, crea contenido que responda a sus inquietudes e intereses, acércate a ellos y establece relaciones de confianza.
- Enjuaga, repite y verás cómo crecerá tu audiencia. Junto con el crecimiento de tu audiencia, verás cómo las posibilidades de negocio también crecerán.
Estoy en Instagram como @VillanuevaBlog, te leo por allá.